3 de Enero de 2011 - 09:10:01 - Pedro García Luaces - 0 comentarios
El 3 de enero de 1831 se inauguraba la Escuela de Tauromaquia de Sevilla, la única con carácter oficial de todas las que han funcionado en Europa y América. Mucho se ha especulado sobre las razones de esta creación de carácter institucional, y entre todas ellas cabe descartar la implicación personal del monarca Fernando VII. El Rey era aficionado a la fiesta, pero no se trataba de ningún fanático y posiblemente disfrutase más del baño de masas que de la corrida en sí. Parece más probable que pesase sobre el Gobierno la corriente de orientación neoclásica, que arrasaba en el arte y el pensamiento y que tenía en el seguimiento de unas reglas el elemento crucial en toda composición que aspirase a la perfección. Las reglas, los parámetros propios de cada arte, conducían a la sublimación de la obra, y el toreo no tenía por qué ser una excepción. El Gobierno se erigía así en protector de las normas que contenían la esencia del toreo y se encargaría de transmitirlas de forma metódica a los futuros diestros. La idea parecía descabellada, pero puede entenderse cierta preocupación por los riesgos que entrañaba una profesión en la que a menudo primaba la pasión sobre la técnica y un deseo de que los jóvenes toreros tuviesen acceso a una enseñanza que podía reducir el peligro. Ésa parecía ser la finalidad cuando a la escuela se le añadió el calificativo de «Preservadora».
El puesto de maestro de la Escuela de Tauromaquia fue reclamado por el gran diestro Pedro Romero, que con setenta y seis años y retirado desde hacía tres décadas, se autoproclamó el mejor candidato posible. Romero no había sido herido nunca y el argumento parecía aplastante, habida cuenta de la filosofía de la escuela. Resuelto el problema del maestrazgo, la escuela se enfrentó a una importante oposición que a la postre sería determinante para su efímera vida. A las plazas de toros no les pareció oportuno tener que financiar con sus beneficios la nueva institución. A ellas se sumaron las voces de los puristas, que pensaban que el toreo era y debía ser imprevisible y que no era posible encorsetarlo con reglas de ninguna clase.
La Escuela de Sevilla dio grandes maestros durante su corta vida, Francisco Montes, Arjona, Juan Pastor «el Barbero», Juan Yust o Manuel Domínguez, todos ellos con su propio estilo, que de ningún modo invitaba a pensar que estuvieran cortados por un mismo patrón.
Otras efemérides de este día:
1521: El papa León X excomulga a Lutero y le califica de hereje a través de la bula Decet Romanum Pontificem.
1874: Golpe de Estado del general Pavía que termina con la Primera República.
1886: Nace en Rianxo el escritor y caricaturista Alfonso Rodríguez Castelao.
1936: El escritor francés Saint-Exupéry es recogido por una tribu de beduinos tras un accidente de aviación.
1979: Nuevo Concordato del gobierno de la UCD con la Santa Sede.
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