15 de Enero de 2011 - 09:10:02 - Pedro García Luaces - 0 comentarios
El nombre de Juan de Herrera (1530-1597) está indisolublemente unido al de Felipe II y el Monasterio de El Escorial, cuya construcción inició junto a Juan Bautista de Toledo en 1563. Muerto éste en 1567 y quedando Herrera como director de la obra en 1572, modificó radicalmente el proyecto original y terminó el edificio que conocemos, que constituye en sí mismo toda una teoría de la arquitectura, amén de ejemplificar un estilo, el herreriano, que alejaría la estética del periodo de Felipe II del precedente plateresco, próximo al gótico flamígero, con fachadas divididas, recargadas de figuras, escudos y ornamentos. En oposición a ello, Herrera plantea y realiza una edificación de gran austeridad, sobria decoración y exteriores uniformes, en unas dimensiones mayores que las imaginadas por su antecesor, además de rediseñar la gran fachada oeste, la basílica y el templete del Patio de los Evangelistas.
No se sabe hasta qué punto el propio monarca influyó en las decisiones de Herrera, consciente de que El Escorial era su gran legado arquitectónico y una exposición de su concepción del mundo. Herrera era un gran matemático y un geómetra de excepción —véase su Tratado sobre la figura cúbica—, profundamente racionalista, y afín por todo ello al carácter y el pensamiento de Felipe II. Lo cual no le impidió elevar palacios e iglesias menos ascéticos, como el Real de Aranjuez o la Catedral de Valladolid, la segunda de sus obras en importancia, que concibió y realizó ya como inspector de Monumentos de la corona, cargo que desempeñó hasta su muerte y desde el cual reformó la fachada sur del Alcázar de Toledo, edificó la Casa Consistorial de la misma ciudad y construyó en Madrid el Puente de Segovia, por el que transitaron durante siglos los habitantes de la capital, sin saber a quién debían un paso del río tan bello y útil. Digamos por último que suyo es también el edificio en que tiene hoy su sede el Archivo de Indias, pensado para ser en origen la Lonja de Sevilla.
Como hombre de su época que era, y a pesar de su amplia formación técnica y humanística, Herrera no eludió su función militar, yendo a Flandes con los ejércitos de Carlos I. Cuando el emperador se retiró a Yuste, en 1556, le acompañó y permaneció con él hasta su muerte, en 1558, cuando, ya bajo la protección de Felipe II, pasó a ser tutor del príncipe Carlos de Austria.
Otras efemérides de este día:
1475: Declaración de Segovia sobre los monarcas católicos.
1796: Desembarcan en La Habana los restos de Colón, que serán depositados en la catedral.
1861: Elisha Otis patenta el ascensor a vapor.
1936: Se firma el pacto que forma el Frente Popular.
1941: Alfonso XIII abdica en Roma sus derechos sobre el príncipe Juan.
1943: Se inaugura, en Arlington (Virginia), El Pentágono, el edifico de oficinas más grande del mundo.
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