5 de Febrero de 2011 - 09:10:12 - Pedro García Luaces - 0 comentarios
Japón entreabrió sus puertas a jesuitas y franciscanos en el siglo xvi, con la esperanza de que ello diera lugar a relaciones comerciales con Europa. No tardaron en comprender que la religión no era el camino de la economía y que, en cambio, el cristianismo resultaba una fuerza revolucionaria en su sociedad. Por eso, tras un periodo de exitosa evangelización, que incluyó la ordenación de varios jesuitas japoneses, el sogún de Japón Taikösama (llamado Hideyoshi Toyotomi) inició una feroz persecución que terminó en el martirio de veintiséis individuos: cinco franciscanos europeos, un franciscano mexicano, tres jesuitas japoneses y diecisiete católicos laicos japoneses, entre ellos más de un niño. Fueron crucificados y lanceados en Hishizaka, en las afueras de Nagasaki, la ciudad más cristiana de Japón, fundada por los portugueses en la isla homónima, a la que llegó San Francisco Javier en 1549. Los prisioneros arribaron en barcas, tras una marcha a pie de casi mil kilómetros, en gran parte sobre la nieve, iniciada en Kioto después de cortarle una oreja a cada uno, y en el curso de la cual fueron golpeados y escarnecidos por el populacho. Todos ellos fueron canonizados por Pío IX en 1862. Se los recuerda el 6 de febrero, aunque fueron martirizados el 5 de febrero de 1597.
De los jesuitas japoneses, Pablo Miki fue el más célebre porque predicó desde la cruz y perdonó a sus verdugos. San Felipe de Jesús, nacido en México, entró en la orden franciscana en Manila. Iba hacia su patria cuando una tormenta desvió la nave hacia Japón; fue el primer santo mexicano y es patrono de México. Murió atravesado por dos lanzas. San Pedro Bautista, español de Ávila y misionero en Filipinas, fue el encargado de negociar con el sogún Taikösama, que había amenazado con invadir las islas en una carta en la que decía: «Reconoced mi señorío, porque si no viniéredes luego a hacerme reverencia y postraros delante de mi rostro por tierra, sin duda enviaré mi ejército y os haré destruir y asolar». Eso ocurrió en 1593 y el sacerdote tuvo un gran éxito inicial, que le permitió continuar la evangelización de aquellas tierras, en compañía de sus hermanos de hábito fray Bartolomé Ruiz, Francisco de La Parrilla y Gonzalo García. En cuatro años difundieron la fe, fundaron iglesias y conventos, entre ellos el de Nagasaki en 1594. El cambio de postura del sogún nunca ha sido explicado satisfactoriamente.
Otras efemérides de este día:
1556: Tregua de Vaucelles entre España y Francia.
1792: Durante la Revolución francesa, el marqués de Condorcet es elegido presidente de la Asamblea Legislativa.
1852: Inauguración del Museo del Hérmitage en San Petersburgo, Rusia.
1877: Con la colocación de la primera piedra de la Cárcel Modelo de Madrid se inicia la reforma penal en España.
1939: Azaña, Aguirre y Companys huyen a Francia.
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