15 de Febrero de 2011 - 09:10:13 - Pedro García Luaces - 0 comentarios
El 15 de febrero de 1898 el crucero americano Maine explotaba en el puerto de La Habana. Había atracado tres semanas antes en «visita de cortesía», sin más intención que velar por el bienestar de los ciudadanos americanos en Cuba. La isla era en aquel momento un hervidero. El asesinato de Cánovas en el balneario de Santa Águeda, justo cuando parecía haber encontrado una solución para Cuba, dejó el Gobierno en manos del liberal Sagasta y al mundo sin saber cuál era esa solución. Sagasta había hecho oposición a favor de los independentistas y tenía la obligación moral de hacer concesiones. En primer lugar licenció al expeditivo general Weyler. Luego improvisó un gobierno colonial y lo puso en manos de un autonomista. Sin embargo, las medidas no cuajaron, más bien empeoraron la situación. Los autonomistas las consideraban insuficientes y los españolistas se unieron a los disturbios al sentirse abandonados.
Estados Unidos observaba con interés la situación en Cuba. El por entonces poderoso lobby de los azucareros pujaba por la entrada del país en la guerra y financiaba a los dos poderosos magnates mediáticos, Rudolph Hearst y Joseph Pulitzer, para que hicieran del conflicto una cuestión nacional. Los medios hicieron su trabajo compitiendo por la mejor portada sobre la crueldad de los soldados españoles y metiendo por medio a ciudadanos o intereses americanos. Con la llegada al poder del republicano McKinley comenzaron los cruces diplomáticos, echando los americanos en cara que la guerra perjudicaba sus intereses comerciales y respondiendo los españoles que ésta ya habría terminado si Estados Unidos no financiase con armas a los independentistas.
El 15 de febrero a las nueve y cuarenta de la noche, una explosión en la proa terminaba con el vapor de guerra Maine en el fondo de la bahía. En principio, nadie sospechó de un acto de guerra pero allí estaban los medios para sembrar todo tipo de suspicacias. La investigación interna resolvió que se trataba de una mina submarina y atribuyó la «grave responsabilidad» al Gobierno español, encargado de la seguridad del puerto. La comisión española informó a Madrid de que se había tratado de una explosión interna, bien en la sala de máquinas, bien por combustión de la pólvora de los torpedos. Poco importaba, en realidad. El Journal se había descolgado con una foto del impacto, al parecer sacada de un eclipse de sol. Rudolph Hearst iba a conseguir su guerra.
Otras efemérides de este día:
1412: Concordia de Alcañiz entre Cataluña y Aragón para designar rey.
1564: Nace en Pisa Galileo Galilei.
1854: Dostoievski es alistado como soldado raso tras cumplir condena en Siberia.
1856: Se decreta en España el franqueo obligatorio de la correspondencia.
1933: Atentado fallido en Miami contra el presidente Franklin Delano Roosevelt.
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